La hoja de maíz (Zea mays), tradicionalmente llamada amero en Colombia, chala en Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay, farfolla en España, panca en Perú y totomoxtle en México, es una parte de la planta muy apreciada en diversas culturas de América Latina, donde tiene multitud de funciones: como envoltura para cocinar los tamales y otros alimentos, o bien para conservarlos, o como comida para el ganado.
Hoja de maíz | ||
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Hoja todavía verde (izda.) y ya seca (dcha.) | ||
Otros nombres | chala, panca, totomoxtle, amero, joloche, farfolla, husks (EE. UU.) | |
Origen | Hoja de la planta Zea mays | |
Similares |
Hoja de banana Hoja de aguacate Hoja de bijao | |
En la Mesoamérica prehispánica era un material común para hacer cintas, cuerdas y otros objetos. También son muy usadas en la artesanía local mexicana. En Xico, Veracruz, existe un museo dedicado a este producto.
De cada mazorca se obtienen de 8 a 10 hojas.[1]
En el centro de México este producto es conocido con el término «totomoxtle», que procede del náhuatl tōtomōxtli /toːto'moːʃtɬi/, «hoja seca del maíz». Otras ortografías registradas son: totomate, totomochcle, totomochi, totomochtle, totomochtli, totomoite, totomoscle, totomosle, totomoste y totomoztle.[2] En las áreas de influencia maya se denomina hoja de joloche, holoch, holoche, joloch o joroche.[3]
Por su parte, en Perú se le denomina «panca», del quechua pancca o p'anqa que literalmente se traduce como la panoja del choclo.[4][5] La denominación «chala» también proviene del quechua (chhalla).[6]
En el centro y oriente de Colombia es denominado «amero» (del muisca, ab 'maíz' + bena 'lo que rodea' + el sufijo español -o).[7][8] En España es conocido como «farfolla» (del lat. malum folium 'mala hoja').[9]
Tradicionalmente se usaban hojas de maíz secas para conservar alimentos como la mantequilla fresca, los quesos, o el piloncillo.[4][10] La hoja de maíz se usa para cocinar los tamales, las humitas, los mextlapiques o la carne, la hoja necesita ser rehidratada en agua hasta que queden flexibles otra vez, proceso que puede durar desde 15 minutos o hasta varias horas, según la antigüedad y sequedad de las hojas.
En Perú se utilizan las hojas frescas como instrumento culinario tradicional, en forma de brocha, para untar aderezo a los anticuchos mientras se asan al fuego de una parrilla.[11][12][13] También se usa como envoltorio de las chapanas, especie de tamal dulce hecho con masa de yuca y chancaca.[14] En el departamento de Lambayeque es utilizado para elaborar las panquitas de life, un asado de pescado.[15]
Antiguamente, en ciertas culturas nativas americanas fue común enrolar el tabaco en hojas de maíz secas.[16][17] También se puede usar como sustituto del propio tabaco.[18] Cuando las hojas de maíz están frescas, se cortan en forma de rectángulos, generalmente con tijeras. Se guardan a la sombra, y cuando se secan, se utilizan para liar tabaco y formar pitillos.
En Argentina se lo conoce como cigarro de chala.[16] En Uruguay se lo conoce también como naco y se utiliza para fumar el tabaco de cuerda que se elabora con tabaco enrollado en alquitrán formando una cuerda larga, esta forma de prensado permite desmenuzarlo con un cuchillo y recuerda levemente aquella de la marihuana.[19] Por esta misma razón en México, las hojas secas del maíz se usan también como alternativa al papel de fumar para cigarrillos de marihuana,[20] ya que no son nocivas y su combustión es lenta. En Chile eran conocidos como «cigarrillos de panca» o «cigarros de hoja», mientras que los exportados a Europa se les denominaba «guatemaltecos».[4]
Tradicionalmente en México las hojas de maíz se han usado para elaborar artesanías como muñecas, flores, pajaritos y otros animales, alebrijes, canastos o aretes entre otros. Este tipo de manualidades forman parte de la cultura de muchos lugares del centro y sur de México. Por ejemplo, en Xico, Veracruz, se elaboran artesanías de todo tipo con el totomoxtle e incluso existe un museo dedicado a ello.
Para usar las hojas secas del maíz es recomendable primero remojarlas. Se escogen las hojas en mejor estado, se remojan y se modifican según lo que se desee realizar, también se pueden pintar (se recomiendan pinturas a base de agua en vez de aceite). Entre los materiales que se pueden necesitar en este tipo de manualidades son: hilo y aguja, alambre, pinceles, tijeras, algodón (para rellenar) y mucha creatividad.[21]
Las hojas de maíz fueron también usadas como relleno para mobiliario en zonas agrícolas, como las chacras.
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